Maldonado. The enemy attacked them and killed one Spaniard and a horse and wounded others, but they were driven back with great slaughter until they came to the river, where the water flowed swiftly and very cold. They threw themselves into this, and as the men had come quickly from the whole camp to assist the cavalry, there were few who escaped being killed or wounded. Some men from the camp went across the river next day and found many of them who had been overcome by the great cold. They brought these back, cured them, and made servants of them. This ended that siege, and the town was captured, although there were a few who remained in one part of the town and were captured a few days later.[1]
Two captains, Don Diego de Guevara and Juan de Saldivar, had captured the other large village after a siege. Having started out very early one morning to make an ambuscade in which to catch some warriors who used to come out every morning to try to frighten our camp, the spies, who had been placed where they could see when they were coming, saw the people come out and proceed toward the coun-
- ↑ There is much additional information of the siege and capture of Tiguex in the account given by Mota Padilla, xxxii, 8, p. 161: "Habiéndose puesto el cerco, estuvieron los indios rebeldes á los requerimientos, por lo que se intentó abrir brecha, y rota la argamasa superficial, se advirtió que el centro del muro era de palizada, troncos y mimbres bien hincados en la tierra, por lo que resistian los golpes que daban con unas malas barras, en cuyo tiempo hacian de las azoteas mucho daño en los nuestros con las piedras y con la flechas por las troneras; y quoriendo un soldado tapar con lodo una tronera de donde se hacia mucho daño, por un ojo le entraron una flecha, de que cayó muerto: llamábase Francisco Pobares; y á otro que se Ilamaba Juan Paniagua, muy buen cristiano y persona noble, le dieron otro flechazo en el párpado de un ojo, y publicaha que á la devocion del rosario, quo siempre rezaba, dobió la vida; otro soldado, llamado Francisco de Ovando, se entró de bruzas por una portañuela, y apenas hubo asomado la cabeza, cuando lo asieron y lo tiraron para adentro, quitándole la vida: púsose unaescala por doude á todo trance subieron algunos; pero con arte, los indios tenian muchas piezas á cielo descubierto, para que se no comunicasen; y como d cortas distancias habia torrecillas con muchas saeteras y troneras, hacian mucho daño, de suerte que hirieron mas de sesenta, de los que murieron tres: un fulano Carbajal, hermano de Hernando Trejo, quien fué despues teniente de gobernador por Francisco de Ibarra, en Chametla: tambien murió un vizcaino, llamado Alonso de Castañeda, y un fulano Benitez; y esto fué por culpa de ellos, pues ya que habia pocas annas de fuego con que ofender, pudieron haber pegado fuego á los muros, pues eran de troncones y palizadas con solo el embarrado de tierra.
"9. Viendo el gobernador el poco efecto de su invasion, mandó se tocase á recoger, con ánimo de rendirlos por falta de agua, ya que no por hambre, porque sabia tenian buenas trojes de maiz. Trataron de curar los heridos, aunque se enconaron, y se cicatrizaban; y segun se supo, era la causa el que en unas vasijas de mimbre encerraban los indios vivoras, y con las flechas las tocaban para que mordiesen las puntas y quedasen venenosas; y habiéndose mantenido algun tiempo, cuando se esperaba padeciesen falta do agua, comenzó á nevar, con cuya nieve so socorrieron y mantuvieron doa meses, en los que intentaron los unestros muchos desatinos: el uno fué formar unos ingenios con unos maderos, que llamaban vaivenes, y son los antiguos arietes con que se batian las fortalezas en tiempo que no se conocia la pólvora; mas no acertaron: despues, por falta do artillería, intentaron hacer unos cañones de madera bien liados de cordeles á modo de cohetes; mas tampoco sirvió; y no arbitraron el arrinuar leña á los muros y prenderles fuego: á mi ver entiendo que la crueldad con que quitaron la vida á los ciento y treinta gandules, los hizo indignos del triunfo; y así, en una noche los sitiados salieron y se pusieron en fuga, dejando á los nuestros burlados y sin cosa du provecho que lograsen por despojos de la plaza sitiada y se salieron los indios con su valeroso becho.
"10. Por la parte que salieron estaban de centinelas dos aoldados poco apercibidos, de loscuales el uno no pareció, y el otro fué hallado con el corazon atravesado con una flecha; y traido el cuerpo, le pusieron junto á la lumbrada comun del campo; y cuando volvieron los soldados que intentaron el alcance do los indios, al desmontar uno de ellos del caballo, le pisó la boca al miserable, y se atribuyó su fatal muerte á haber sido renegador y blasfemo. Luego que amaneció, se trató de reconocer el pueblo, y entrando, se halló abastecido pero sin agua, y ao reconoció un pozo profundo en la plaza que aquellos indios abrieron en busca de agua, y por no encontrarla, se resolvieron á la fuga, que consiguieron.". . .