aunque falleció despúes,
Borinquen vencida es
decía con aflicción
y con desesperación;
clamó nobles traidores
no caben vuestras labores
del árbol del corazón.
43.
Lo que te quiero no sabes
porque no te puedo hablar;
dame mi vida un lugar
donde mi amor se declare.
Con las llaves del silencio
y las voces de una pluma
al darte mi queja suma
declaro mi sentimiento;
con mi juicio y mi talento,
porque en mi pecho no caben
mis crecidas voluntades,
porque te amo con extremo,
y el día en que no nos vemos
lo que te quiero no sabes.
Cara de lirio profundo
ven a apagar esta llama
de este amante que te ama
y sufre por ti en el mundo;
si me amas yo te juro
ser un amante leal,
con cariño celestial
y con lágrimas de amor;
el pesar es mi dolor
porque no te puedo hablar.
Regalada prenda mía
me alegro de que te halle
con la salud que deseo,
pido al cielo que te guarde;
con fines de no olvidarte
que a punto voy a llevar
con un amor fraternal
como el que en mi alma reposa;
si quieres ser tú mi esposa
dame mi vida, un lugar.
Gratos cariños de amor
brotan tus labios hermosos;
sería yo un joven dichoso
siendo tuyo adorador;
de día sufro con fervor
y de noche no puedo estar
porque no te puedo hablar
el día en que no nos vemos;
y para que los dos hablemos
dame mi vida, un lugar.
44.
Amor con amor se paga
no se paga con dinero,
que el amor de un caballero
con dinero no se paga.
El amor es invincible
y tú la culpa tuviste,
di pués que mucho quisiste
cuanto ha pasado por ti;
pero yo esperaba en ti
siempre que tu amor reinara
que no dieras una baja
del trono más imperial;
vete a otro trono a reinar
que amor con amor se paga.
Tú despreciaste mi amor,
hoy vivirás a tu gusto;
por eso es que pagan justos
siempre por un pecador;
de esto no me da dolor,
te olvidaré desde luego;
el mal pago es lo primero
que se espera en la mujer,
y hoy sabrás que un buen querer
no se paga con dinero.
Yo digo con fantasía
que no te volveré a amar,
y no me vuelvas a mirar
en los restos de la vida;
si te hallas ten merecida
toma un parecer primero;
tu llama enciende en el fuego;
goza tu nuevo placer,
que valen menos mil mujeres
que el amor de un caballero.
Eres como la balanza
que sube y baja en su fiel;
si lo engañastes a él
conmigo te quedas ancha;
si por tu gran ignorancia
va tu crédito a la nada,
y como mujer honrada