al más noble pescador;
el corvino roncador,
la muniama y el barbudo
los pescamos a menudo,
y la liviana mojarra;
tirándole al balajudo
soy un pescador de fama.
Lo mismo pesco el chinchorro
que pesco al parguito prieto;
pesco el parguito careto
echo a bordo lo que agarro;
en un pestañar lo amarro
para mandarlo a vender
y como sé conocer
el peje[1] donde se halla
nunca dejo mi atarraya
cuando cojo mi cordel.
Cojo el pulpo, el antoncobo,
la raya, el chucho, la almeja,
busco la mojarra vieja
soy más astuto que el lobo;
el ostión lo vendo todo;
en la casa de los ricos
se hacen platos exquisitos
sabrosos para comer;
según pesco al tontorito
lo mismo mato al jurel.
Lo que es criolla y carey
es un peje de valor;
la tortuga es de un sabor
y da comer como buey;
es un peje que su ley
después que le da la gana;
sube a poner de mañana
en las playas arenosas,
lo mismo la mariposa
pargoguasa que la sama.
89.
Le debo a Félix Servín,
cuatro reales americanos;
en el negocio he perdido,
no lo niego, ni le pago.
Dos docenas de caretas
con el dinero compré,
y después que pasó la fiesta
tres docenas encontré;
yo me puse y las conté
con un grande desatino;
estos demonios han parido,
porque yo los veo rindiendo;
me consolaré diciendo:
— Le debo a Félix Servin.
Félix aprovecha la ganga
según le he calculado,
porque llevara a Fajardo
cuatro docenas de máscaras;
se monta en su yegua panda,
coge la otra de mano,
el domingo va a Fajardo
y las vende a medio peso,
— ¿Sabes cuanto vale eso?
— Cuatro reales americanos.
Félix se ha de aprovechar,
ha de salir victorioso;
con tantas caras de osos
a él no le saldrá muy mal
si las sabes detallar;
puede él hacer su fortuna,
que las presente una a una,
y no se muestre ofendido;
como no vendió ninguna
en el comercio ha perdido.
Félix mata su picúa
así que llegue a la plaza
y destape una banasta
de máscaras jocicúas;
estas con cosas de Júas[2]
que yo pierda mi trabajo;
a veces digo: — Barajo,
no se las voy a embrollar.
y si me viene a cobrar
no le debo ni le pago.
90.
Quisiera que un fuerte rayo
de allá do están las estrellas,
rompiendo nubes a la tierra
llegase, pero me callo.
Civilización y luz,
bienandanza, ricos dones,
los humanos corazones,
de esto llevaba, no cruz
y que la excelsa virtud