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Journal of American Folk-Lore.

113.

El Sacreón de Mahoma
agua del río Cedrón,
un puchero de sustancia
al templo de Salomón.

Dime cantador si suma
si tiene pronunciación,
¿cuántas fueron las columnas
del templo de Salomon?
Si sabes, me darás razón
de la torre de Babilonia.
Entraron en ceremonia
los arquitectos de Armenia;
todos cargan las insignias
del Sacrón de Mahoma.

A la ciudad de la altura
bajaban los arquitectos
diciendo: — ¡Jesús mil veces!
Hablando en letra menuda
se hacían dos mil pinturas
al templo de Salomón;
le preguntan a Plutón
si el mal soleo le daba;
los arquitectos entraban
agua del río Cedrón.

Forma de la tropa un globo
y le tocan los timbales;
caminan los doce pares
en busca de un Dios Apolo;
se meten entro de un globo
a medir a gran distancia;
los pajaritos se espantan,
los que miden están al pié
de la silla de Moisés,
un puchero de sustancia.

Dime quien pintó esas puertas,
dime quien las pintaría,
que por su alredor tenía
claraboyas mil seiscientas;
dime de que se sujeta
ese hermoso bregón
que tenia por elevación
doscientos piés de altitud;
nómbrame la longitud
del templo de Salomón.

114.

Una bruja espiritista
que estuvo en la Medianía,
yo no sé cómo sería
que dejó mucha gente lista.

Una larga relación
voy a hacer de este suceso,
que se llevó varios pesos
el célebre Mangansón.
Como acudía a montón
gente boba y sin malicia,
tengo una larga noticia,
la que voy a publicar
para poder denunciar
una vieja espiritista.

Carlos y su esposa Manuela
con destreza sin igual
¿cómo les podrían sacar
a tantos pobres las muelas?
Susana se desespera,
veinticuatro vida mía,
los dollars que le daría;
con tres que le dió Ramón
a un conocido bribón
que estuvo en la Medianía.

Como caía la gente,
pero Carlos tenía espinas.
Con cinco cayó Sabina.
Abelardo, tres duretes.
Dice Carlos el insolente
quince le llevó a Fermina.
Quince a Adolfa, que porfía,
que Amelia pasó el río Nilo
de mano con Petronilo;
yo no sé cómo sería.

Susana, Ramón, Sabina,
Abelardo el colorado,
un tal Pedro se ha enlutado
y dice: — Escúchame Adolfina,
que eso de brujo es mentira.
Domingo que le persiga
y no le pierda la pista
siempre metido en las leyes
porque juez de los jueces
dejó mucha gente lista.

115.

Juan, Pedro, Saturnino,
José, Eustaquio y Martín,
Antonio, Lorenzo, Cerafín,
Andres, Luis y Marcelino.