hablaba bastante
en un campo fijo,
y Oliveros dijo:
— Ya murió el gigante.
Se allegó Oliveros
a voces que oyó
que en ellas decían,
— Vente, si eres bueno;
estoy en terreno
con hombres bastantes
y del Almirante
mandado he venido.
Uno de ellos dijo:
— Ya murió el gigante.
Una gran batalla
tuvo el más capaz.
Venció a Fierabrás
y cobró la fama;
las manos le daba
en el mismo instante,
porque vió delante
hombres bien armados.
Dijo Carlo Magno:
— Ya murió el gigante.
Cogen a Oliveros,
lo llevan a Turquía;
a los pocos días
siete más salieron;
siete turcos vinieron,
no quedó más distante.
El que iba delante
al rey cuenta dió,
y él le pregunto:
— ¿Ya murio el gigante?
202.
Por tu resplandor
me vengo guiando
y para ti traigo
un ramo de amor.
Linda es esta flor
brillante y hermosa
para que conozcas
que soy tu enamorado;
por eso te llamo
arco iris y rosa.
Siguiendo tu estrella
tan sólo he venido
por todo el camino
guiado por ella.
Hermosa doncella,
linda y primorosa,
eres tan hermosa
en este lugar
que te debes llamar
arco iris y rosa.
Solo aquí he llegado
a solicitarte;
quiero ser tu amante
clavel encarnado.
Seré tu criado
y tú serás mi esposa.
Eres primorosa
entre las mujeres;
te digo que eres
arco iris y rosa.
Me encuentro deshecho,
hermosa mujer,
y quiero tener
el sí de tu pecho;
pues ya ni un momento
mi amor se sofoca;
¡qué pasión tan loca!
¡qué amor tan rendido!
Por eso te digo
arco iris y rosa.
203.
El día veinticuatro
del mes de diciembre
nació el Rey del cielo
dentro de un pesebre,.
y los Santos Reyes
lo fueron a ver,
que había de nacer
un cielo estrellado,
un niño llamado
el Dios de Israel.
Simón Pirineo
convidó a Pirule
a coger gandule
para hacer un guiso;
los Reyes preciso
pusieron el coco.
Se fueron como locos
a dar en las piedras
para que comiera
Jesús amoroso.