se puede decir
que es la clavellina;
las flores se admiran
a tu alrededor,
sólo en el color
tú eres la mas bella.
Mi pecho de veras
sufre por tu amor.
A ti, señorita
te pido aguinaldo;
como eres bonita
te estoy celebrando;
yo vivo pensando
en el día de hoy,
como sólo soy
a quien a ti ama,
te daré mi mano;
adiós, que me voy.
209.
Vengo a saludar
aquí en esta casa
a una trigueña
que su amor me encanta;
ella es tan ingrata
que me hace sufrir;
no puedo vivir
sin su simpatía;
dame algún consuelo,
estrellita mía.
Mi fiel hechicera,
no me hagas sufrir,
que tu amor ingrato
me hace morir;
tú no has de sentir
que pierda la vida,
de penas crecida
que en mi pecho graba;
dame algún consuelo,
estrella adorada.
Ya me hallo rendido
resuelto a sufrir;
para descansar
tendré que morir
sin poder decir
que me des consuelo;
si yo por ti muero
tú eres la causante
que muera tu amante,
estrella del cielo.
En el cementerio
me recordaré
que firme te amé
y yo por ti muero;
hermoso lucero,
duélete de mí;
yo no creí de ti
de que me olvidaras;
en mi pobre tumba,
estrella adorada.
En mi pobre tumba
donde yo reposo
pon un pensamiento,
triste y caviloso,
pon un ser hermoso
a quien yo adoraba,
llámame, mi amada,
dame algún consuelo;
no me hagas sufrir,
estrella del cielo.
¡Ay, triste de mí
que no hallo consuelo
pensando en mi amada
en este destierro!
Y ella ni por sueño
se acuerda de mí;
he sido infeliz
por ti, vida mía;
no seas tan ingrata,
estrellita mía.
Los grandes desvelos
que por ti he pasado
tienen a mi pecho
de amor traspasado;
me hallo desterrado
para más dolor,
que mucha pasión
siento cada día
en mi corazón,
estrellita mía.
Adios, vida mía,
de ti me despido
con el corazón,
de amor encendido;
contigo deliro,
digo que eres mía;
la gran simpatía
que me trae rendido,
mi pecho está herido,
estrellita mía.